miércoles, 13 de julio de 2011

Washington

Querido estudiante que paseas taciturno

Recorriendo cada noche tu fiel santuario

Violando cada palabra del poeta muerto

Sin que un espíritu amigo te ayude a hacerlo

Y yo, que he vivido sola por tanto tiempo

Observando la podredumbre de mi palidez

Perdiéndome entre sueños y espejismos

Atrayendo desdichas a mi cruel olvido

Y es que nadie le importa mi sentir, ni mis teorías ocultas

Pero te observo cada noche, y tú a mí por un segundo.

Nuestras miradas nauseabundas se cruzan

Te atreves a tocarme y yo me deslizo entre tus dedos

Sin importar quebrarme o marchitarme

Y me haces el amor, una y otra vez

Profanas mi sepulcro, ya no tienes control

Me inclino hacia tu subconsciente insatisfecho

Y me ocupo de sanar todas tus ansias y fantasías,

Con cada una de las palabras que has

Devorado de aquel triste poeta muerto y lo que plasmó

En mi mortecina y sombría piel.

0 comentarios: